5 may 2008

Oskar Schindler, un héroe alemán que cumple su primer centenario. Espero que en todas las guerras que existen hayan muchos/as como él.


La lista de la vida

Así se formó lo que se conoce hoy en todo el mundo como 'la lista de Schindler', un discreto manojo de hojas mecanografiadas con los nombres de más de 800 hombres y 300 mujeres. "La grandeza era que se trataba de una lista nominal. Y lo grande fue que Schindler arregló todo, convenció a las autoridades para lograr que pasaran bajo su responsabilidad precisamente esas más de 1.100 personas".

Después de la guerra, Schindler se marchó a Argentina pero regresó en 1957, sin su esposa, Emilia, y fracasó en su intento de montar una fábrica en Hanau, junto a Fráncfort.

Su situación se hizo tan precaria que fueron los judíos a los que salvó quienes le aseguraron el sustento.

"Venía a a Israel muy a menudo, todos los años. Era huésped de todos nosotros. Tuve el honor de estar en contacto con él, de recibirlo en nuestra casa". Por entonces Schindler no era el adinerado magnate que llegó a ser en los años del dominio Nazi. El dinero que recibió del primer Congreso Judío en recompensa por su obra, lo dilapidó en negocios infructuosos.

"Schindler era una persona normal para tiempos anormales y anormal en tiempos comunes. Sabía solucionar problemas con grandeza en tiempos difíciles. Pero luego de la guerra, parecía un hombre pequeño", apunta Dresner.

Fritz Backhaus, del Museo Judío, anota: "Su historia era demasiado incómoda para la sociedad alemana de la postguerra". Por eso, en su país, Schindler cayó en el olvido y murió en la pobreza. Entre los actos que se han organizado en Alemania con motivo del centenario de Schindler hay una exposición en el Museo Judío de Fráncfort que busca explorar, precisamente, las razones de ese olvido.

JANA BERIS
PARA EL TIEMPO
JERUSALÉN

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