En fin, después sí hay dinero para "saraos desgobernantes". Alguien debería explicar al Sr Camps, que la política social, es la que más importa en estos momentos. Hay familias, que tienen a sus hijos en estas asociaciones y cubren sus necesidades terapéuticas en ellas. Si falla la sanidad y la educación en nuestra comunidad, por lo menos, estas asociaciones ponen su granito de arena, para atender a enfermos y personas con discapacidades. Es una verdadera vergüenza que encima, no reciban las ayudas que se les prometen. En Torrent, está pasando con muchas entidades también. El Ayuntamiento de Torrent, , les promete el oro y el moro antes de inagurar algo en una asociación, y después, les cuesta pagar más de un año, las subvenciones que les prometieron. Verdaderamente, una tomadura de pelo. Pensarán , que los asociados que dedican su tiempo, al bien general, son también grandes promotores económicos. Hay presidentes, que tienen que poner el dinero de las actividades de su bolsillo, hasta que a la Sra Alcaldesa se le ocurre pagar lo que debe.
22 abr 2009
En fin, después sí hay dinero para "saraos desgobernantes". Alguien debería explicar al Sr Camps, que la política social, es la que más importa en estos momentos. Hay familias, que tienen a sus hijos en estas asociaciones y cubren sus necesidades terapéuticas en ellas. Si falla la sanidad y la educación en nuestra comunidad, por lo menos, estas asociaciones ponen su granito de arena, para atender a enfermos y personas con discapacidades. Es una verdadera vergüenza que encima, no reciban las ayudas que se les prometen. En Torrent, está pasando con muchas entidades también. El Ayuntamiento de Torrent, , les promete el oro y el moro antes de inagurar algo en una asociación, y después, les cuesta pagar más de un año, las subvenciones que les prometieron. Verdaderamente, una tomadura de pelo. Pensarán , que los asociados que dedican su tiempo, al bien general, son también grandes promotores económicos. Hay presidentes, que tienen que poner el dinero de las actividades de su bolsillo, hasta que a la Sra Alcaldesa se le ocurre pagar lo que debe.
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